jueves, 2 de abril de 2009

ANTIGUAS, de Graciela Vega



Una noche, sentada en su mecedora,
la Antigua repasa un instante de escuela.
Recuerda al señor que dibujaba líneas con flechas y las presentaba como fuerzas,
unas iban para un solo lado y otras se encrespaban punta con punta.
- Si pudiera recordar las fórmulas- piensa, mientras se hamaca
y la mente se enrosca al hilo de una polea y se desliza buscando.
- La fuerza no es una ilusión- repite la mujer mientras aprieta una mano
y luego la mira para encontrar los segmentos
y sólo ve líneas abiertas como ramas
y la afloja un poco
y siente cómo las venas laten inquietas.
- ¿De dónde nace la fuerza?- se pregunta
y el recuerdo vuelve a la pizarra
y descubre signos que no comprende
y cierra los ojos
y se entrega a los sueños
que se abren como libros.